jueves, 19 de mayo de 2011

Así, sí

Siempre me ha impresionado la arquitectura, me parece la disciplina que más cerca está de los poderes que se le atribuyen a los dioses. Los dioses, sea cual sea su nombre, son presentados en todas las religiones como los creadores del mundo, como los que han perfilado los paisajes y han repartido la piedra, la arena, el agua y la madera. A través de la arquitectura, el hombre reordena los materiales, reconstruye el paisaje y ajusta ese mundo con el que le ha tocado convivir a los planos que él hubiera seguido de haber tenido voz y voto en todo esa chapuza que debió de ser la creación del Universo.

Claro está que los hombres no somos dioses, por lo que en múltiples ocasiones, lo que construímos no nos gusta ni a nosotros mismos. ¿Cuántas obras criticadas existen? Pero, hoy quiero quedarme con una que no deja de impresionarme, un proyecto que, sin duda, añade valor al paisaje. Una arquitectura tan cuidada, que no se distingue lo natural de lo creado por el hombre: la pesquería del Tambre, resultado de la rehabilitación de la Central Hidroeléctrica, construida a comienzos del siglo XX por el gallego Antonio Palacios. Hoy en día es casa de turismo rural, y detrás de cada detalle se aprecia la sombra del trabajo hecho con cariño. ¡Enhorabuena!

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